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Los Giros y Vueltas de la Sociología Peruana. Nicolás Lynch

giros y vueltas de la sociologia en el peru

Los giros y vueltas de la sociología peruana

por Nicolás Lynch 

Actualmente, la sociología peruana existe como disciplina científica y como profesión. No obstante, no está bien institucionalizada, además de carecer de reconocimiento e influencia. El desarrollo de la sociología en el Perú ha pasado por cuatro etapas: la preocupación por las cuestiones sociales, la sociología como ocupación profesional, el deterioro de la sociología en las ONGs y el retorno de una sociología crítica.

Autor: Marco (Anthropology and Practice). Aprende más sobre mi y estate al tanto de mis publicaciones en Instagram.

Preocupaciones sociales

La preocupación por las cuestiones sociales ha motivado la reflexión intelectual en el Perú desde el cambio del siglo XX. Sin embargo, en este punto, en gran medida tomó la forma de grandes ensayos de diagnóstico sobre el cruce de caminos que enfrenta el país y los esfuerzos para delinear, en trazos amplios, la dirección que la evolución, el desarrollo y la transformación del Perú deben tomar. Los pensadores en este período temprano comenzaron a hacer grandes preguntas sobre Perú por primera vez. Incluían a personas asociadas con el derecho conservador, que expresaban las posiciones de la oligarquía dominante, así como otras de la izquierda reformista y revolucionaria, que habían empezado a emerger y producir sus primeros, grandes intelectuales. A la derecha, los nombres importantes fueron los de José de la Riva Agüero, Francisco García Calderón y Víctor Andrés Belaúnde; a la izquierda, los de Manuel González Prada, Víctor Raúl haya de la torre y José Carlos Mariátegui.

En este primer período, específicamente en 1896, la sociología también apareció como un curso universitario en el Departamento de Letras de la Universidad de San Marcos. Como curso, era relativamente marginal al análisis de las cuestiones nacionales. Más bien, el curso siguió los postulados de Comte y Spencer para desarrollar una explicación teórica del desarrollo social. Curiosamente, en esta primera etapa, hubo poco contacto entre el análisis de las preocupaciones sociales y la sociología, a pesar del hecho de que, en las décadas siguientes, el primero sería el centro del desarrollo de este último.

El desarrollo de la sociología como ocupación profesional

Sólo recientemente, en 1961, la sociología se convirtió en una ocupación profesional en el Perú, con la Fundación del Departamento de Sociología de la Universidad de San Marcos. Algunos años más tarde, en 1964, ocurrió algo similar en la Universidad Católica Pontificia, que estableció una escuela de ciencias sociales, incluyendo una especialización en Sociología. El apoyo y la influencia extranjera demostraron ser importantes en ambos: la Universidad de San Marcos recibió fondos de la UNESCO y de la Universidad Católica del gobierno holandés. Al principio, el funcionalismo estructural importado de Estados Unidos influyó fuertemente tanto en la docencia como en la investigación en Sociología. El giro tecnócrata, con la idea de ‘ resolver problemas sociales específicos ‘, sería muy importante en este primer momento de Sociología académica.

Sin embargo, esta sociología tecnócrata cambió casi inmediatamente a una sociología influida por la llegada del marxismo a través del movimiento estudiantil, y el impulso del pensamiento izquierdista en América Latina, que impulsaría el pensamiento crítico. Ese tiempo también marcó la aparición de un gobierno nacionalista, izquierdista, el resultado de un golpe militar, que, a pesar de ser una dictadura, expandiría radicalmente el número de puestos de trabajo disponibles para los sociólogos. Esto fue en 1968, un año significativo en el Perú como lo fue en el resto del mundo. Este cambio daría a Sociología la identidad revolucionaria que mantuvo durante las décadas siguientes, al menos hasta la regresión neoliberal de los años 90. La influencia marxista empujó a un lado la orientación tecnócrata anterior, poniendo a la sociología al servicio de lo que, en ese momento, se consideraba la transformación revolucionaria de la sociedad. Durante la década de 1970, la nueva orientación y un mercado laboral mejorado trajeron a la sociología a su apogeo en el Perú. En ese momento, no sólo se establecieron nuevas especializaciones de Sociología en varias universidades, sino que también se empleó a sociólogos en varias agencias estatales, impulsando las reformas del gobierno militar. Hubo importantes avances en la investigación sociológica, especialmente en el campo de la política y en la caracterización del desarrollo capitalista que se estaba produciendo en el país. La profesión adquirió un estatus significativo como una nueva carrera, expresando el espíritu de una época de cambio.

El deterioro de la sociología en las ONG

Durante las décadas de los años ochenta y noventa, las organizaciones no gubernamentales (ONGs) se convirtieron en un importante lugar de refugio para la sociología profesional. Las ONGs sirvieron literalmente como refugio, ya que fueron las décadas de guerra interna (1980s), primero y luego, después de la dictadura neoliberal de Alberto Fujimori (1990). En eso época la identificación de la sociología con la izquierda, e incluso peor con la revolución, trabajó contra la disciplina. La demanda de sociólogos disminuyó drásticamente, sobre todo en el sector público, pero también, como se mencionó anteriormente, porque varias universidades que solían ofrecer cursos de Sociología cerraron sus puertas a la disciplina. Las ONGs se formaron, en parte, por sociólogos que juntaron pequeños proyectos de desarrollo y obtuvieron apoyo financiero de simpatizantes internacionales. Este tipo de trabajo tenía la virtud de ayudar a muchos sociólogos a desarrollarse profesionalmente en una línea de trabajo estrechamente ligada a las necesidades sociales. Sin embargo, la sociología se vio privada de grandes mentes, limitando las posibilidades de su desarrollo intelectual. Esto se volvió especialmente cierto a medida que los fondos procedían cada vez más de organismos multilaterales como el Banco Mundial, imponiendo la influencia del llamado consenso de Washington. La hegemonía de esta forma de pensar condujo a la ‘ subalternización ‘ de categorías sociales críticas. Tal vez el mejor ejemplo de ello es que la categoría de la pobreza ha sustituido casi por completo a la categoría de la desigualdad.

En una nota positiva, en la década de los noventa, se formó el Colegio de sociólogos peruanos, una asociación profesional de sociólogos peruanos. El Colegio ha sido un punto de referencia para los sociólogos y la sociología. A pesar de que todavía se está desarrollando, el Colegio ha permitido reunir a sociólogos profesionales y certificarlos como expertos en la aplicación de la sociología a nuevas áreas y actividades.

Sociología bajo el retorno a la democracia

El regreso de Perú a la democracia en el año 2000 coincidió con un giro a la izquierda en América Latina que tuvo repercusiones tanto culturales como políticas. En otras partes se abrieron espacios para el desarrollo de las ciencias sociales, especialmente la sociología, pero menos en el Perú donde la democracia no estaba acompañada por un giro a la izquierda (al menos hasta las últimas elecciones, este año, en 2011). La tensión entre el giro tecnócrata de la década de 1990 y la sociología crítica continúa a buen ritmo, sin ninguna solución a la vista. Paradójicamente, en las discusiones académicas, el giro tecnócrata tiende a adherirse a una defensa de la sociología con cabeza de Toro como una extensión de las ciencias naturales. Así, la sociología crítica sigue limitada al dominio del compromiso intelectual. Sin embargo, se desarrollaron nuevas ideas en programas de posgrado, tanto de maestría como de doctorado, que han proliferado en los últimos 15 años. Sin embargo, al igual que la proliferación inicial de las universidades mayores en la década de 1970, la calidad de estos programas ha sido muy desigual. Sin embargo, ha habido varias tesis de maestría y algunas tesis doctorales basadas en investigaciones interesantes en Sociología urbana, cultura y género. La huella dogmática del marxismo-leninismo parece estar sepultada e incapaz de resurgir.

Sin embargo, es importante mencionar un nuevo paradigma, impulsado por Aníbal Quijano con la inspiración de Immanuel Wallerstein, y que es la «colonialidad del poder». Esta crítica se considera una extensión de la obra de José Carlos Mariátegui. Quijano argumenta que el Perú participa en un tipo de capitalismo impuesto por la metrópolis en América Latina, que los condena a un papel subsidiario permanente. Basándose en un antiguo patrón de Estados-nación, el estado no es capaz de identificarse con sus propios supuestos nacionales y mantiene una visión que es eurocéntrica y básicamente evolucionista. La crítica sugiere que la modernización, o el marxismo-leninismo, no ha logrado lograr el desarrollo. Quijano propone reflexionar sobre la región como situada en el Sur global, reivindicando así la identidad de sus habitantes, y construyendo sus propias formas de política y desarrollo económico. Esto es especialmente pertinente ahora, dada la nueva ventana de autonomía para esta parte del mundo. Además de Quijano, hay otros que han empezado a reconstruir el campo: César Germaná en metodología; Sinesio López en política y particularmente ciudadanía; Gonzalo Portocarrero y Pedro Pablo Ccopa en educación y cultura; y Alberto Adrianzén en el giro latinoamericano a la izquierda.

Conclusión

La sociología peruana ha tenido un desarrollo limitado tanto académica como profesionalmente. Las líneas de pensamiento dominantes siguen siendo sólo embrionarias y tienden a residir en personalidades intelectuales individuales. Su desarrollo institucional se limita en gran parte a la enseñanza universitaria, principalmente a nivel introductorio. No hay centros de investigación específicos de la disciplina que merecen mención, o proyectos que reúnen a diferentes académicos. Sin embargo, la sociología peruana ha superado la amenaza de destrucción que se cierne sobre ella en los años ochenta y noventa, debido a la mano dogmática del marxismo-leninismo y el neoliberalismo. Sobrevivir a estas amenazas le ha permitido volver a emerger en áreas de investigación específicas y desarrollar nichos de conocimiento profesional. Pero, lo más importante, hoy en día todavía se sostiene como una forma de conocimiento crítico. Si se aprovecha el contexto emergente, la sociología peruana puede encontrar formas de contribuir a una nueva autonomía regional y una nueva forma de desarrollo en América Latina en su conjunto, marcada por el giro progresivo en la cultura y la política. Aquí se encuentran las posibilidades de nuevos desarrollos y horizontes diferentes.

Original en ingles extraido de :  globaldialogue .isa- sociology. org
Titulo Original: The Twists and Turns of Peruvian Sociology