El último libro del autor ayacuchano Francois Villanueva Paravicino reflexiona sobre una amenaza latente: el terrorismo, el cuidado medioambiental y la venganza de la naturaleza.
Mientras los hombres luchan los unos contra los otros, sus batallas son minúsculas a comparación de la furia de la naturaleza. Es como si nuestro Planeta y el Universo, con su enojo y rabia, pudiese destruir a todo aquel que se le rebele o se le interponga en su camino. Esa es una pequeña metáfora de la última novela del autor ayacuchano Francois Villanueva Paravicino, que ha escrito Operación Catástrofe (Editorial Apogeo, 2024), una novela que dará mucho que hablar en estos tiempos de guerras, cambios climatológicos y los nuevos aires de la inteligencia artificial.
Autor: Marco (Anthropology and Practice). Aprende más sobre mi y estate al tanto de mis publicaciones en Instagram.
Según el editor Efer Soto, la novela de Francois Villanueva Paravicino combina el género policial, la violencia política y la preocupación medioambiental. Narra la toma de la Compañía Lealth, una industria maderera, y el secuestro de sus trabajadores a manos de un grupo de revolucionarios. Intercalada con una narración omnisciente sobre los trágicos destinos de los terroristas y los monólogos de personajes que condenan dicha terrible situación, la novela despliega una aventura donde la ficción y la estética son los protagonistas principales.
Tanto escritores nacionales como internacionales han destacado de la obra de Francois Villanueva Paravicino que es un “prestidigitador” o un “ilusionista”, como lo mencionó el Premio Copé de Novela Juan José Cavero. También lo han descrito como “un médium” o “el secretario de ciertos demonios”, como lo sostuvo el Premio Caretas Ugo Velazco Flores. Sobre su dominio del lenguaje, han elogiado que “está impregnado de metáforas y términos exquisitos”, como lo expresó el poeta Julio Barco, o que “es estridente y poderoso”, como lo asimilaron Julio Buitrón y Cristhian Briceño Ángeles.
El relato comienza con el asesinato del alcalde de Ninareal, la ciudad donde se desarrollan los hechos, y narra también la irrupción violenta de un grupo de terroristas en la sede de la Compañía Lealth, una poderosa corporación ubicada en Ninareal. Los terroristas, cuya ideología nunca es completamente desentrañada pero sí insinuada, buscan exponer lo que consideran las injusticias y los abusos cometidos por la empresa y, en general, por el Estado. A medida que avanzan los acontecimientos, la novela alterna entre las acciones de los terroristas, los pensamientos y emociones de los personajes atrapados en la situación que se vive en Ninareal, y una voz narrativa omnisciente que anticipa los desenlaces fatales de los involucrados. Este recurso narrativo no solo genera tensión, sino que también invita al lector a reflexionar sobre las fuerzas inexorables que guían la vida y la muerte.
Una de las características más notables de la obra es su estructura narrativa, que combina diferentes perspectivas y registros. Por un lado, la acción principal se desarrolla con un ritmo intenso, casi cinematográfico, mientras los terroristas ejecutan su plan y las víctimas intentan sobrevivir en medio del caos. Por otro lado, los monólogos internos de los personajes ofrecen un contraste introspectivo, permitiendo explorar sus miedos, frustraciones y esperanzas en medio de la crisis. Estos monólogos no solo humanizan a los protagonistas, sino que también cuestionan la violencia como herramienta de cambio social.
Más allá de la trama, lo que realmente destaca en esta novela es su cuidada estética y el dominio del lenguaje. Cada descripción, diálogos y monólogos está cargado de un simbolismo que enriquece la experiencia del lector. Ninareal, el escenario principal, no es solo un lugar, sino un personaje en sí mismo. Sus paisajes, marcados por una belleza agreste y amenazadora, reflejan el estado emocional de los personajes y anticipan el desenlace apocalíptico de la historia.
El autor, con un estilo que combina lirismo y precisión, crea imágenes poderosas que quedan grabadas en la mente del lector. Desde la claustrofobia de los pasillos de la Compañía Lealth hasta la vastedad indómita de los alrededores de Ninareal, cada escena está diseñada para evocar una respuesta emocional. Esta atención al detalle no solo sirve para ambientar la historia, sino que también refuerza sus temas centrales: la fragilidad de las instituciones humanas frente a la naturaleza y la violencia, y la eterna lucha entre la creación y la destrucción.
Un aspecto crucial de la novela son los monólogos de los personajes, que no solo condenan la situación que enfrentan, sino que también ofrecen una crítica profunda a los sistemas de poder y a las dinámicas de opresión que han llevado a este punto. Estos monólogos, escritos con una intensidad emocional y una profundidad filosófica, se convierten en una especie de ensayo dentro de la narrativa. Los personajes, atrapados en circunstancias extremas, reflexionan sobre la vida, la muerte y el significado de la justicia, desnudando las contradicciones de sus propios valores y creencias.
El clímax de la novela llega con la intervención de la naturaleza, que irrumpe con fenómenos catastróficos que destruyen Ninareal y ponen fin al enfrentamiento. Este desenlace, inesperado y devastador, refuerza la idea de que, en última instancia, la humanidad está a merced de fuerzas mucho más grandes que sus propios conflictos. La naturaleza, indiferente a las luchas humanas, actúa como una fuerza redentora y destructiva, barriendo con igual violencia a víctimas y verdugos.
Con una prosa vibrante y evocadora, el autor transforma la destrucción en un espectáculo de belleza aterradora, dejando al lector con una mezcla de asombro y desolación. Este final no solo cierra la narrativa de manera impactante, sino que también subraya la fragilidad de las construcciones humanas frente al poder inconmensurable de la naturaleza.