El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos (1917-2005), cuyo 13 de junio pasado se festejó el centenario de su nacimiento, pasará a la historia como una de las voces latinoamericanas imprescindibles de la novela del siglo XX, a la par de Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, entre otros.
Avalada por la crítica y el cariño lector de grandes escritores, Yo el Supremo es una novela monumental que aborda la temática del poder de la dictadura en Paraguay bajo el mando de José Gaspar Rodríguez de Francia, un ser de una potente oralidad y discurso omnisciente, que recrea su llegada al poder luchando por la independencia de su patria y su perpetuación en el poder hasta su muerte.
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Escrita a modo de compilación y a través de la investigación de miles de documentos históricos y publicada en 1974, de ella han dicho (como indican fuentes de internet) Tomás Eloy Martínez que se trataba de “uno de esos grandes libros-madre a partir del cual nacerá la literatura de los años venideros”, y Ricardo Piglia escribió: “Si se quiere ver qué niveles puede alcanzar una práctica revolucionaria en literatura léase Yo el Supremo de Roa Bastos: esa novela admirable, sin duda la mejor que ha producido la narrativa latinoamericana desde La vida breve”.
De su autor, el medio Última Hora apunta que García Márquez afirmó que “iluminó los conflictos sociales, políticos e históricos de nuestro continente”; en tanto que José Saramago aseveró que la obra de Augusto “está al nivel de la mejor literatura internacional”. A su vez, la mexicana Elena Poniatowska sostuvo que Roa es “un gigante de las letras con un gran compromiso latinoamericano”; mientras que el argentino Mempo Giardinelli afirmó que «Yo el Supremo es, junto con Cien años de soledad, una de las novelas magistrales que no ha terminado de ser valorada en el mundo». Por mi parte puedo corroborar esas afirmaciones, que más que elogiosas, puedo destacar que son exactas.
Del goce de su lectura, pude rescatar estas famosas frases que me cautivaron por su estética:
- “Del Poder Absoluto no pueden hacerse historias. Si se pudiera, El Supremo estaría de más: En la literatura o en la realidad. ¿Quién escribirá esos libros? Gente ignorante como tú. Escribas de profesión. Embusteros fariseos. Imbéciles compiladores de escritos no menos imbéciles”.
- “Cuanto más cultos quieren ser, menos quieren ser paraguayos”.
- “Me acusan de haber planificado y construido en veinte años más obras públicas de las que los indolentes desedificaron en dos siglos”.
- “Si es Perpetua, Señor, la Dictadura durará eternamente y por toda la eternidad”.
- “Vamos a realizar juntos el escrutinio de la escritura. Te enseñaré el difícil arte de la ciencia escriptural que no es, como crees, el arte de la floración de los rasgos sino de la desfloración de los signos”.
- “Escribir no significa convertir lo real en palabras sino hacer que la palabra sea real. Lo irreal solo está en el mal uso de la palabra, en el mal uso de la escritura”.
- “La capacidad de la inteligencia se limita a comprender lo que hay de sensible en los hechos. Cuando es preciso razonar, el pueblo no sabe más que andar a tientas en la obscuridad”.
- “Ambos estaban condenados al fracaso desde el comienzo de los tiempos. Ellos no lo sabían”.
- “Yo respeto las convicciones ajenas, y si bien es cierto que los curas sirven para poco, por lo menos que sirvan para recoger las cuitas pecaminosas de los extranjeros”.
- “El poder de los gobernantes, me asegura sabiamente su tío, está fundado sobre la ignorancia, en la domesticada mansedumbre del pueblo. El poder tiene por base la debilidad”.
- “La fuerza del poder consiste entonces, pensé, en cazar el azar; re-tenerlo atrapado. Descubrir sus leyes; es decir, las leyes del olvido. Existe el azar solo porque existe el olvido”.
- “Tu arma es la frase, no la espada”.
- “Acabo de hallar por fin a alguien que se me parece, y ese alguien soy yo mismo”.
- “El lenguaje es parecido en todas partes. Las fábulas también”,
- “Los hombres cultos son los más ocultos”.
- “¡Saber, saber, saber! Aunque ya sabemos, por las Escrituras, que sabiduría añade dolor”.
- “El perverso vive en perversidad de boca. No puede mirar el sol de frente. Anda siempre detrás de su sombra”.
- “Los pobres, los únicos que tienen un triste amor a la honestidad”.
- “Yo no escribo la historia. Lo hago”.
- “El Virreinato es una fea palabra, señores. Inmenso cadáver”.
- “Lector adicto de Montesquieu, de Rousseau, como lo soy, podemos coincidir con la idea de estos maestros en el proyecto de realizar la libertad de nuestros pueblos”.
- “Soy sumamente optimista, pero no amnésico. Un mínimo de memoria es necesario para subsistir”.
- “Distingan lo ilegítimo de lo legítimo. Lo puro de lo impuro. Feo es lo bello y lo bello feo. ¡Pásmense zonzos! Vean los límites. Las líneas divisorias de las aguas”.
- “La prosperidad de un Estado no consiste tanto en la existencia de una población muy grande como en la perfecta relación del pueblo con sus medios”.
- “Corazón herido no ama cuchillo”.
- “YO soy ese PERSONAJE y ese NOMBRE. Suprema encarnación de la raza. Me habéis elegido y me habéis entregado de por vida el gobierno y el destino de vuestras vidas”.
- “Para mí no existe un consuelo religioso. Sólo existe un pensamiento religioso”.
- “El ser soldado consiste en la capacidad. No en la ropa”.
- “El saneamiento de la administración es indispensable para la ejecución del plan de salvación pública que hemos de realizar en mancomunado esfuerzo”.
- “En el Paraguay no hay ningún ciudadano que no sepa leer ni escribir, y lo que es su consecuencia: expresarse con propiedad”.
- “El propio Salomón dice: El hombre que se aparta del camino de la comprensión permanecerá, aunque esté vivo, en la congregación de los muertos”.
Francois Victor Villanueva Paravicino
(Huamanga, 1989)
Bachiller en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Actual miembro de la Asociación de Escritores de Ayacucho (AEDA). A los 18 años quedó finalista del “I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América: los jóvenes cuentan”. El 2013 fue antologado en el libro Recitales “Ese Puerto Existe”. Muestra poética 2010-2011. El 2017 publicó su primer libro Cuentos del Vraem. Tiene diversas publicaciones literarias en antologías, revistas y diarios. Su poemario El cautivo de blanco es su segunda entrega. Actualmente cursa la maestría de Escritura Creativa de la UNMSM.