Por Francois Villanueva Paravicino*
Este seis de marzo de 2021, Gabo (como todos sus asiduos lectores conocían a Gabriel García Márquez) cumpliría 94 años. Él es un autor cuya obra trascenderá su tiempo. Basta celebrar el anuncio de la reedición, luego de tanto tiempo, de García Márquez. Historia de un deicidio (1971) de nuestro Nobel peruano, Mario Vargas Llosa. Y, claro está, la prestigiosa obra del célebre narrador de Aracataca, no solo se condensa en Cien años de soledad (1967), su obra cumbre, sino que ofrece calidad maestra en varias de sus piezas.
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La hojarasca (1955), por ejemplo, es una requisitoria moral y social contra el pueblo de Macondo. El fondo de esta nouvelle es Antígona de Sófocles. Macondo está representado en pleno derrumbamiento, moralmente podrido y en el fondo abyecto. Se afirma: “Con o sin Dios, la existencia es algo inexplicable y desconcertante”. Desarrolla el individualismo, el fatalismo, la soledad y el inmovilismo de Macondo, que configuran una concepción pesimista de la existencia humana. Durante su aparición, Gabo fue atacado por los intelectuales izquierdistas por evadir la realidad y la problemática social de Colombia. Sus carencias tal vez sufran de excesivo apego a las técnicas de William Faulkner o la falta de diferenciación de los personajes principales.
El coronel no tiene quien le escriba (1958), por su lado, está contextualizado en la violencia de la guerra civil colombiana que duró casi 20 años. El coronel es el único personaje que, al enfrentarse con su propia esencia, no se muere o se retira del mundo, pese a la crisis económica y casi paupérrima que viene sufriendo por ser un olvidado del Estado. En La mala hora (1962), el personaje central es el alcalde, el representante del gobierno opresor. Contiene como símbolo principal el encierro, la lluvia, el gallo y los pasquines que producen la protesta con 2 muertes y una ola de represión. Hay pericia en el uso del dato escondido.
El otoño del patriarca (1975) logra inspirar sentimientos de simpatía, de repulsión y hasta de compasión hacia el dictador de la novela. El patriarca es un encerrado. Existe un proceso aumentativo del poder del patriarca, y un proceso reductivo de su personalidad y de su poder efectivo. El patriarca es un personaje arquetípico y crea en torno a él un mito. Trasciende el estado mítico y alcanza la divinidad. Se identifica con el Todopoderoso, pero es un condenado a la incertidumbre, a la soledad, a una suerte de no-existencia con no-amor. Con esta novela se comprueba que existe en Gabo un apego visceral a la vida (por el humorismo y el papel del amor) y un rechazo a la vida (debido a la soledad de los personajes y la importancia concedida al determinismo del destino y la personalidad).
Los funerales de la Mamá Grande (1962) es una nueva etapa del humorismo en la novela latinoamericana. En vez de atacar el caciquismo rural, se opta por ridiculizarlo, sin amargura y sin agresividad. Existe fantasía desaforada, exageración humorística, de índole mítica-épica. Desarrolló las técnicas de exageración gigantesca y de enumeración cómica inventadas por Francois Rabelais (primera parte de Gargantúa). Y, por su parte, La increíble y triste historia de Cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972) constituye una inversión irónica del cuento de hadas tradicional.
Crónica de una muerte anunciada (1981) es pesimista y El amor en los tiempos del cólera (1985) es neorromántico y folletinesco como del pos-boom. En el primero existe el fatalismo del destino. La segunda novela adscribe elementos de la cultura pop. Sin embargo, ambas son obras cumbre de su creador. Las disfruté mucho leyéndolas y releyéndolas. En El general en su laberinto (1987), Bolívar camina hacia la muerte convencida de que sus esfuerzos han sido en vano. Sus últimas palabras afirman: “La vida que nunca más, por los siglos de los siglos, volverán a repetirse”.
El amor y otros demonios (1994) es una novela histórica más honda que la académica y oficial. Critica la mentalidad clerical, opresora y supersticiosa del periodo colonial. Existe una exaltación de la mentalidad “fáustica” de los esclavos negros, de contacto con lo mágico y de anhelos de libertad. El amor es un demonio, entre otros, en un mundo esclavizado casi por completo. Demoniza el amor. La religión es un tema.
Cabe resaltar que la prehistoria ficcional del maestro Gabo lo constituyen diez cuentos bajo la influencia de Faulkner y Kafka, recogidos en Ojos de perro azul (1947), cuyos relatos son abstractos y artificiosos. Y su última novela, Memorias de mis putas tristes (2004), es La casa de las bellas durmientes (de Yasunari Kawabata) más erótica, visceral y caribeña. Con ello, confirmamos que disertar sobre Gabriel García Márquez es disertar sobre varias joyas literarias.
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Francois Villanueva Paravicino
Escritor peruano (Ayacucho, 1989). Egresado de la Maestría en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Ha publicado Cuentos del Vraem (2017), El cautivo de blanco (2018), Los bajos mundos (2018), Cementerio prohibido (2019) y Azares dirigidos (2020). Textos suyos aparecen en la antología Recitales “Ese Puerto Existe”, muestra poética 2010-2011 (2013) y en diversas páginas virtuales, revistas, diarios, plaquetas y/o; de su propio país como de países extranjeros. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007).
