La pobreza en su significado e implicación es la insuficiencia del individuo o grupo para acceder adecuadamente a las cosas que esencialmente sustentan la vida diaria, incluidos alimentos, agua, salud y otras necesidades vitales que contribuyen a la productividad y al sustento. El significado más simple de esto es que la pobreza es la falta total de la capacidad de generar los recursos o materiales que sostienen la vida diaria, tanto para el individuo como para el grupo, y también confiere dignidad a la vida humana al permitir al individuo acceder a una vida digna mínima. Esto significa que si el individuo está empoderado con la capacidad de una vida productiva, digna y decente, entonces la pobreza ha sido completamente eliminada o significativamente aliviada.
Una vez más, la pobreza es la incapacidad de romper la cadena de dependencia, ya sea individual o grupal, debido a la ausencia de la capacidad para resolver los desafíos o lograr la autosuficiencia. Estas son las características que caracterizan las regiones del mundo donde se identifica claramente el mayor número de población pobre y desfavorecida. Dependen del gobierno, los socios de desarrollo y los grupos de caridad para encargarse de sus desafíos. Esto se debe al hecho de que no han sido facultados para generar posibles soluciones a los desafíos de su vida diaria, como el hambre y la enfermedad. En este punto, aplicar la clave de la educación como un canal de empoderamiento no solo es la mejor opción, sino la opción más estratégica y factible para reducir o aliviar la pobreza. Aquí es donde aparece el concepto de caridad educativa como la mejor opción en los modelos e instrumentos de caridad e intervención.
Autor: Marco (Anthropology and Practice). Aprende más sobre mi y estate al tanto de mis publicaciones en Instagram.
El papel de la caridad educativa es explorar el currículo de educación productiva y conocimiento especializado para empoderar a los pobres y desfavorecidos de tal manera que estén facultados para generar suficiente capacidad individual y colectiva para vivir una vida productiva y decente.
El mayor empoderamiento de la persona humana para una vida mejor es el empoderamiento de la mente humana. Ningún otro medio podría haber sido mejor para lograr esto que educar la mente y equiparla con las habilidades y el conocimiento necesarios que ayudarán al individuo a generar soluciones a sus problemas. Este es el mejor regalo que los pobres pueden recibir de los gobiernos del mundo, los socios de desarrollo y los grupos de caridad en su lucha diaria para escapar de la pobreza, el hambre y la enfermedad.
