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El maestro William Faulkner y la tragedia

William Faulkner

*Por Francois Villanueva Paravicino

La influencia de William Faulkner es notoria e importante en la generación de escritores sudamericanos de la segunda mitad del siglo XX para adelante. Gabriel García Márquez en sus memorias Vivir para contarla (2002) y Mario Vargas Llosa en El pez en el agua (1993), como en diversas entrevistas, ensayos y artículos, además del aval de la crítica, admiten su influencia en su narrativa.
El libro Faulkner: Novelista trágico (Editorial UNMSM, 1959) de Carlos Eduardo Zavaleta, nos recuerda que Faulkner es considerado como un cronista de la vida sureña en Estados Unidos o “juez puritano, calvinista, que reveló la perversión y también la espiritualidad de personajes cuyo drama se debía de desniveles raciales, sociales o a la confusión mental nacida de las urgencias teóricas (religiosas, psicológicas y aun estilísticas) de Faulkner”.
El libro nos recuerda que William Faulkner encuentra en la oscuridad un factor estético, es gótico y amigo de la decadencia. Ya Jorge Luis Borges mismo recordaba que al leer algunos pasajes de ciertas novelas de Faulkner parecía que uno se metía en un laberinto de sombras donde parecía todo misterioso, lóbrego y barroco.
También aquel aspecto oscuro, prístino, sórdido, lo reflejó en sus reflexiones o en su tratamiento del Mal en sus novelas, como, por ejemplo, en Santuario, donde un desadaptado desfloró a una jovencita con una parte de mazorca, luego de secuestrarla, y que, al final, recibe su merecido. O también en aquellas referencias bíblicas que citan sus personajes atormentados por sus pasiones y sus pensamientos.
Faulkner, según su fiel y primerizo discípulo en el Perú y miembro de la generación del 50, Carlos Eduardo Zavaleta, resulta trágico por los siguientes motivos:
-Su obra recuerda la tragedia griega de un modo vago.
-Posee cualidades trágicas distintas de las que vemos en las tragedias griegas.
-Es semejante a la tragedia griega o “clásica”, por hechos definidos, según numerosos investigadores.
Por la profusión de hechos patéticos, Faulkner es llamado novelista del horror. En Faulkner, el pecado es realidad básica. Diálogo, se entiende, faulkneriano, que no brota de acciones ni acompaña los hechos, sino crea un mundo aparte, el mundo del lenguaje que tal vez no explique nada. Cabe resaltar que este libro de Carlos Eduardo Zavaleta fue una tesis presentada en la Decana de América y llamó la atención de la crítica literaria peruana.
Es bueno recordar que novelas como El ruido y la furia (que leí con admiración, respeto y entusiasmo como tres veces), Santuario, Luz de agosto, Mientras agonizo, El villorrio, Sartoris, son novelas cumbres de la novelística del siglo XX. Son excelsas, pues las disfruté enormemente leyéndolas, releyéndolas y aprendiendo de ellas. Y la que me falta leer, ¡Absalom! ¡Absalom!, promete mucho según los entendidos y los seguidores de la pluma novelística del maestro. Por parte de la Academia Sueca, cuando lo premió con el Nobel de Literatura, afirmaban que con ello se disculpaban de no haber premiado en su momento a James Joyce, aquel maestro del que Faulkner y otros cientos de escritores también aprendieron sobre la literatura o sobre el arte de narrar. Sin embargo, los jurados escandinavos afirmaron que tal vez premiaban a un discípulo que superó al maestro.
Hace poco terminé de leer completamente Mientras agonizo (la primera vez que lo intenté leer fue en la Biblioteca Nacional de Abancay, y no lo terminé porque cerraban el local y, al día siguiente, me topé con Los detectives salvajes de Roberto Bolaño), y me pareció fenomenal. El desarrollo de cómo el esposo y los hijos de Addie Bundren trasladan su cadáver de una granja de Misisipi hacia Jefferson, su tierra natal, es de una fuerza narrativa que recuerda los mejores episodios de los coros de las tragedias griegas; donde la reflexión sobre la vida y sobre la muerte se mezclan con una lucidez creadora envidiable, y que parece ser el tema central en sí. Por ello y mucho más, Faulkner ya es un autor canónico de la Literatura Universal.

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Autor: Marco (Anthropology and Practice). Aprende más sobre mi y estate al tanto de mis publicaciones en Instagram.

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Francois Villanueva Paravicino

Escritor peruano. Egresado de la Maestría en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Ha publicado el libro de relatos Cuentos del Vraem (2017), el poemario El cautivo de blanco (2018), la novela Los bajos mundos (2018), y los cuentos Cementerio prohibido (2019) y Azares dirigidos (2020). Textos suyos aparecen en la antología Recitales “Ese Puerto Existe”, muestra poética 2010-2011 (2013) y en diversas páginas virtuales, revistas, diarios, plaquetas y/o; de su propio país como de países extranjeros. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007).


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Anthropology and Practice (Marco)

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