Fragmento y adaptación del libro: «No hay país mas diverso. Compendio de Antropología peruana»
Editor: Carlos Iván Degregori.
La antropología en el Perú tiene una larga historia como estudio del otro, sus antecedentes se remontan hasta el momento mismo de la Conquista y la mirada ambigua que sobre el Nuevo Mundo lanzaron cronistas, visitadores, traductores y frailes evangelizadores. como disciplina universitaria tiene ya mas de 50 años y ha merecido varios balances. El contexto mundial que acabamos de mencionar así como las transformaciones teóricas y metodológicas que en ese nuevo contexto ha sufrido la disciplina en las últimas dos décadas, hacen posible y necesario preguntarse en que estamos.
Autor: Marco (Anthropology and Practice). Aprende más sobre mi y estate al tanto de mis publicaciones en Instagram.
Es asi que surge la idea de este compendio de Antropologia peruana . En palabras más simples un libbro sobre la diversidad cultural en el Perú. La primera parte dibuja un panorama general de la antropologia en el Perú . La segunda intenta un balance de los diferentes campos en los cuales ha trabajado la Antropología. No están todos , pero si la mayoría de ámbitos y temas importantes y de más larga trayectoria en los estudios antropológicos: las comunidades campesinas, la antropología amazónica y la urbana, los estudios sobre folklore, temas como redes sociales, movimientos sociales, estudios de género.
Hubieramos querido ofrecer un texto de Antropología Andina, incluyendo Ecuador y Bolivia, pero a contracorriente de la tradición comparativa de nuestra disciplina, se desarrolló entre nosotros una larga costumbre de mirarnos el ombligo y, a veces, creernos el ombligo del mundo, al menos del mundo andino. A eso se sumó la pobreza de nuestros países , donde la producción bibliográfica nacional traspasa difícilmente las fronteras ; y donde las posibilidades de conformar una comunidad académica a partir de intercambios regionales son escasas. Como en un «triángulo sin base», los que tienden a tener una visión de conjunto son los académicos del hemisferio norte, mientras para nosotros queda «el saber local». Esta situación comienza a cambiar , pero el cambio es todavía insuficiente y nuestros recursos muy magros como para intentar un balance regional, que queda pendiente.
PANORAMA DE LA ANTROPOLOGÍA EN EL PERÚ. Del estudio del otro a la construcción de un Nosotros diverso.
Dios creó el mundo en seis días y el sétimo descanso. A la mañana siguiente , disgustado porque el descanso había terminado y porque al fin del sexto día , en la primera fiebre de sábado por la noche de la historia. Adán había mordido la manzana , dijo Dios: háganse las ciencias , Reflexionó unos instantes y poseído de Espíritu científico, precisó; háganse las ciencias y pártanse mi creación en objetos de estudio. A la antropología le tocó la cultura,
Sin embargo, si bien la antropología fue definidida como el estudio de la cultura en general, el quehacer antropológico privilegió durante mucho tiempo el estudio de las culturas denomindas primitivas, preestatales, de las «sociedades lejanas y diferentes». oidríamos definir entonces a la antropología clásica como la ciencia o el estudio del otro, el radicalmente diferente, el no-occidental. ¿Por qué el interes de estudiarlo? distintos motivos se entrecruzan . La curiosidad y el espíritu de aventura , por ejemplo, que impulsaron a cronistas, viajeros y exploradores de la Antigüedad , hoy incorporados como precursores en el panteón antropológico. Para cuando la antropología surge y se desarrolla como disciplina académica, entre el Siglo de las Luces y el auge del positivismo, esa curiosidad se había vuelto decisivamente científica, pero incluso nunca es del otro inocente. Otros objetivos subyacían en el interés por conocer al Otro. Mencionamos los dos extremos . Por un lado , estudiarlo para dominarlo mejor. La antropología surge en el periodo de la expansión imperical europea y luego norteamericana. El título de un artículo escrito por Kathleen Gough, se hizo famoso en la década de 1979: La antropología es hija del imperialismo . De alguna manera lo fue. En el otro extremo , también es posible querer conocer al Otro para idealizarlo como el buen salvaje. Recuérdese que una de las vertientes de origen de la antropología fue el romanticismo.Entre ambos extremos, lo mejor de la antropología clásica contribuyó a ampliar el concepto mismo de la humanidad , fomentando la tolerancia y reconociendo positivamente la diversidad cultural en tiempos en que cobraba auge el racismo científico. Ya en un viejo texto introductorio , escrito en pleno auge del nazismo, Ralph Linton afirmaba; «Si la antropología ha conseguido probar algo,ello es que los pueblos y las razas son fundamentalmente muy semejantes unos a otros. En efecto las dos grandes escuelas antropológicas hasta entonces existentes, habían impulsado en esa dirección en sus mejores momentos. Así, al sostener que los europeos habían sido en el pasado salvajes, afirmación confirmada por la arqueología, el evolucionismo del siglo XIX «descentró» una percepción generalizada que separaba a los salvajes de los europeos blancos civilizados. Posteriormente, cuando Spencer desnaturalizó el propio evolucionismo para sustentar la primacía de una raza sobre otras, la antropología culturalista norteamericana se convirtió en una de las trincheras más fuertes del movimiento antirracista. como afirma Harris, en este contexto que debe entenderse el relativismo cultural de Franz Boas , padre del culturalismo.
Sin embargo, nadie puede escapar totalmente de su época . Por eso, asomando apenas o cubriendo todo el primer plano, en las etnografías clásicas decubrimos con frecuencia la tendencia a construir a un Otro fuera de la Historia, exotizándolo y escencializándolo, sea como el buen salvaje que debe ser protegido en su pureza o como el primitivo destinado a desaparecer. Casi siempre varón, blanco, ciudadano de estados imperiales, difícilmente el etnógrafo podía evitar mirar, o fotografiar, con un «ojo imperial» al Otro que era su objeto de estudio.
En el caso peruano, lo mejor de la antropología contribuyó a apliar la «foto de familia» , a transformar la «comunidad imaginada» llamada Perú. El país concebido en un principio por sus élites como occidental y criollo . fue cediendo así paso a otro más contradictorio pero también más plural. En ese país, que hasta hace poco que era definido como «nación en formación «, el aporte central de la antropología en sus primeras décadas fue contribuir a la articulación nacional, explorando territorios ignotos tanto en el sentido literal , geográfico de la palabra, como también en sentido metafórico: incursiuonando en ambitos socioculturales y temporales desconocidos.
En esos tiempos( y quien sabe aun hoy), cuando salían a hacer trabajo de campo en comunidades rurales apartadas, los antropólogos se sentían y tenían mucho de exploradores en un país donde la exploración había estado principalemnte a cargo de extranjeros como Humboldt o Raimondi, mientras los hijos de la oligarquia tendían a comportarse como el niño Goyiyo del relato de Segura, y donde por eso, a principios del S.XX, Riva Agüero conmocionaba a su generación cuando al terminar sus estudios universitarios decidía recorrer el Perú en vez de viajar a Europa.
Viajeros transculturales , en las décadas de 1930- 50 los coleccionistas y estudiosos del «folklore» incorporaban a la cultura nacional las manifestaciones de hoy denominados «grupos subalternos» de un país culturalmente heterogéneo como el nuestro. Viajeros en el tiempo, arqueólogos y etnohistoriadores incorporaron a la historia nacional los miles de años previos a 1532 y transformaron nuestra visión sobre el Imperio Incaico y el S.XVI. Pero comencemos por el principio y avancemos ordenadamente, precisando, ampliando y también cuestionando estas formaciones iniciales, tal vez demasiado celebratorias.
Cronistas, exploradores y viajeros.
Si la antropología surge del cuentro del otro, entonces los mas antiguos precursores de la antropología peruana los encontramos en tiempos de la conquista. Cronistas tratando de hacer inteligibles la radical otredad del Tahuantinsuyo , frailes doctrineros elaborando los primeros diccionarios de las lenguas quechua y aymara: burocratas visitadores, que al entrevistar a los «señores de la tierra» o censar a sus subditospara convertirlos en tributarios acumulaban material etnográfico sobre flamantes «subalternos»
(…)
Mas que un repaso exhasutivo de ese primer momento precursos de la antropología, nuestro interés ha sido mostrar que desde muy temprano se complejizan y matizan las oposiciones dominacion/ resistencia, Andes/occidente, y se erosionan también las fronteras entre Nosotros y los Otros.
Luego del gran impulso explorador asociado a la Conquista y a la búsqueda del Dorado, el fuego se apaga. Entre el rentismo y la rutinizacion colonial el elan antropologico queda fundamentalmente en manos de misioneros en la Amazonía. La protoantropología «regresa al gabinete empolvado y el antropólogo se convierte en anticuario y en guardian de su propia tradición.
La rebelión de Juan Santos atahualpa en la década de 1740, que expulsa a los franciscanos de su «última frontera» amazónica, contituye un epílogo de ese primer período y consolida el predominio de una voluntad de ignorar. Las grandes rebeliones de Túpac Amaru y túpac Ccatari en 1780 repliegan todavía mas a españoles y criollos tras los muros de la ciudad letrada. No es tanto un repliegue físico, en tanto las guerras de la independencia y las guerras entre caudillos que marcan las primeras décadas republicanas se desarrollan en escenarios rurales, pero sí en la actitud frente al otro indígena , sintetizada en la reimplantación del tributo, medida post- colonial emblemática.
Son exploradores y viajeros en su gran mayoría extranjeros, quienes hacia fines del S. XVIII y durante el S.XIX toman la posta como precursores de la antropología. Ni el avance del liberalismo, ni la abolición el tributo en la sexta década del siglo implican en cambio significativo en la actitud de las elites oligarquicas, que desde el principio habían preferido, parafraseando a Arguedas, resctar al indio histórico pero ignorar al indio actual.
El liberalismo significó más bien la expansión de la gran propiedad terrateniente en los Andes, en lo que ha sido denominado metafóricamente una suerte de segunda conquista. Pero a pesar de su envoltura arcaica, el contexto en que se da la ofensiva latifundista era radicalmente diferente, y tuvo por tanto consecuencias distintas entre ellas el surgimiento del indígenismo, acicateado entre otras causas por la expansión del mercado y la derrota en la Guerra del Pacífico.