Las organizaciones no gubernamentales (ONG) se han convertido en una característica omnipresente de las sociedades occidentales y no occidentales, en particular desde el final de la Guerra Fría. El surgimiento de las ONG puede vincularse al interés por el concepto de “tercer sector” (a menudo asociado con el trabajo inicial del sociólogo estadounidense Amitai Etzioni), que plantea un espacio institucional entre el Estado, el mercado y el hogar, poblado por diversos grupos de organizaciones, desde grupos comunitarios informales de autoayuda hasta agencias formales profesionalizadas.
“ONG” es un acrónimo notoriamente impreciso utilizado tanto en sentido amplio como estrecho. En su forma más amplia, abarca una gama diversa de agentes no estatales, desde organizaciones comunitarias de autoayuda en pequeña escala hasta redes profesionales y grupos de interés a gran escala. Las ONG actúan en todos los ámbitos de la actividad humana, desde las artes, el ocio y la recreación hasta los derechos humanos y el medio ambiente. De manera más estricta, las ONG también se utilizan para denotar un subgrupo particular de organizaciones activas en el trabajo de desarrollo y que dependen de los fondos del sistema de ayuda internacional. Confusamente,”organización no gubernamental” se utiliza a menudo indistintamente con términos que se superponen, como “organización voluntaria”,”organización sin fines de lucro” y “organización basada en la comunidad”. Cada término posee un origen y una historia distintivos, a menudo integrados en contextos geográficos y culturales diferentes.
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El origen preciso del término”organización no gubernamental” se remonta a la creación de las Naciones Unidas en 1945, cuando se acuñó el acrónimo para designar la condición de observador oficial concedida a determinados agentes no estatales. Las organizaciones que ahora se denominan “ONG” tienen una historia mucho más larga. Desde el principio de la disciplina de la antropología ha habido relatos etnográficos de grupos asociativos, mientras que los historiadores han reconocido durante mucho tiempo la importancia de las asociaciones europeas locales, nacionales e internacionales a partir del siglo XVIII. Las historias de las ONG también pueden vincularse a las de los movimientos sociales, ya sea como organizaciones que se alimentan de movimientos más amplios, o como resultado institucionalizado de tales movimientos.
El aumento del perfil de las ONG ha sido impulsado por muchos factores, pero dos son fundamentales. El primero fue el redescubrimiento de ideas sobre la sociedad civil (Comaroff y Comaroff 1999), particularmente entre los activistas antiautoritarios en Europa del Este y América Latina durante la década de 1980, muchos de los cuales fueron atraídos a la visión de Gramsci de la sociedad civil como un sitio de resistencia antihegemónica. El segundo fue el crecimiento de la llamada agenda de “buena gobernanza” de organismos como el Banco Mundial durante los años noventa. Este discurso político comenzó a valorar a las ONG como agentes flexibles de privatización, con importantes roles en la democratización y la prestación de servicios. Este enfoque se aproximaba más a una visión neotococquevillana de las asociaciones como contrapeso útil al Estado.
