Kafka es uno de los escritores enigmáticos y enigmáticos del siglo XX. Era un judío en el exilio que soportaba el dolor del nacimiento de un dilema existencial y la angustia de lo que constituye la individualidad. Su ficción está marcada por una extrema ironía romántica. En Kafka encontramos la agitación de la filosofía existencial. Kafka tenía una actitud negativa hacia la vida. Sus novelas están marcadas por un trauma edípico y su propio conflicto con un padre autoritario.
En el castillo: encontramos el diálogo en primera persona del individuo K. K. se le confía el trabajo de inspeccionar el castillo. K llega al pueblo y se queda en una posada. Él interactúa con personas de todos los ámbitos de la vida. El castillo aparentemente es un fragmento sin terminar. La vida del personaje ficticio está marcada por una ironía extrema. Kafka trae a través de su ficción una síntesis ecléctica de un pathos literario. Su ficción es extraña como un crucigrama. El propietario del castillo es extremadamente autocrático y autoritario.
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La vida de K está marcada por las náuseas y la angustia. Su alma no se mueve en placer cósmico. Se embarca en su trabajo con diligencia. Hay una perspectiva conmovedora de comprensión psicológica y profundidad. K encuentra una catarsis de misterio.
Filosóficamente hablando, la novela de Kafka: el castillo esboza un espíritu de estética. El nuevo castillo está configurado sobre el tema de la disolución del Imperio austrohúngaro. La búsqueda existencial de Kafka del significado de la vida es similar a Don Quijote. La vida lo deja en la estacada. Kafka está dotado de la pasión de escribir. Kafka siempre estuvo en conflicto con el pensamiento judío y cristiano. Hay un rico tapiz de palabras y pensamientos en el Castillo. El Castillo como obra ficticia es extraño y místico y no deja los amarres de una historia. El propietario es una proyección internalizada del alter ego de su padre. La imagen fanfarroneante de su padre atormenta a Kafka.
Kafka es un individuo de mente débil. Kafka se enfrenta a la magnitud de la culpa existencial. ¿En la novela K es un personaje desenterrado en una monarquía decadente con su pequeña burguesía obsoleta viviendo una vida atormentada? El trabajo de Kafka no es una obra maestra estética, sino que está plagada de alusiones y ambigüedades. La intención de K como personaje no es muy legítima. ¿Qué intenta K hacer? ¿Por qué la vida de K es tan degradante? Estos siguen siendo un misterio. Quizás si alguien encuentra a Kafka en una sesión de espiritismo, podamos obtener respuestas a estas preguntas. El intelecto de Kafka es tan agudo y tan sensible. Kafka a través del personaje K cuestiona el significado de la vida. No se puede valorar el trabajo de Kafka como una obra maestra literaria.